El arbitraje internacional es un mecanismo de resolución de disputas en el que las partes involucradas en un conflicto, generalmente de diferentes países, acuerdan someter su controversia a un tribunal arbitral. Este tribunal está compuesto por uno o más árbitros que emiten una decisión, conocida como laudo arbitral, que es vinculante para las partes. El arbitraje internacional se utiliza comúnmente en el ámbito comercial, pero también puede aplicarse en otras áreas, como el derecho internacional de inversiones.
Una de las principales características del arbitraje internacional es su carácter privado y la flexibilidad en la elección de las reglas que regirán el procedimiento. Las partes pueden elegir los árbitros y el lugar del arbitraje, así como el idioma en que se llevará a cabo. Este método busca ofrecer una solución más rápida y menos formal que los procedimientos judiciales tradicionales. Además, el laudo arbitral es generalmente reconocido y ejecutado en muchos países gracias a convenciones internacionales, como la Convención de Nueva York de 1958. Esto permite que el arbitraje internacional sea una herramienta eficaz para resolver conflictos transfronterizos.